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Yimalá, la agrupación sonsoneña que baila al ritmo del bullerengue

  • orientandotemedio
  • 29 oct 2021
  • 4 Min. de lectura

Por: Laura Alejandra Bedoya Loaiza



Actualmente, Yimalá está conformado por 19 integrantes. La mayoría son jóvenes apasionados por la música y el arte. Claudia Alarcón, directora Técnica de Cultura, lo describe como un grupo inquieto que trasciende dejando en alto el nombre de Sonsón


Sonsón es un municipio marcado por las costumbres antioqueñas. Allí, la gente se representa con la famosa música montañera que habla de la parranda y el aguardiente. Por eso, se les hace extraño cuando sienten que el sonido del Caribe vibra en las montañas que rodean la Plaza Principal.


Algunos actúan de forma desinteresada; otros se ven atraídos por los repiques de los tambores que, haciendo parte de un acto artístico, le cantan a la indignación, a las creencias, a la historia, a la vida, al amor… Sin embargo, pocos saben de qué se trata. Solo se ven cautivados por aquellos cantos y movimientos inmersos en un ritmo cultural afro-descendiente interpretado desde el corazón de jóvenes sonsoneños: el bullerengue.


En el 2018, este género, característico en zonas como Bolívar, Córdoba y el Norte de Urabá, se convirtió en una oportunidad para Sergio Castro Flórez, quien, siendo profesor de la Escuela de Música Municipal, usó los instrumentos de la región Caribe con la idea de formar, inicialmente, un grupo folclórico. Sin una proyección, estudiantes y músicos empezaron a asistir a las clases en las que, sin conocer el significado de sus destrezas, hacían bullerengue.


Luego, en vista del gran potencial del grupo, surgió la necesidad de tener una identidad. Fue así como encontraron, en un glosario en idioma palenquero, la palabra Yimalá. Según Sergio Castro, director de la agrupación, desde el primer momento todos conectaron con su significado y se identificaron porque remite a la idea de vivir entre las montañas.


En palabras de Alejandro Díaz Ramos, Representante legal de la Fundación Bullerenguera Palmeras de Urabá, el bullerengue hace parte de los 16 bailes cantados de la región Caribe. Es uno de los más significativos porque cuenta una historia de resistencia al conservarse por tantos años. Además, actúa como un museo vivo de la unión de 3 razas: el negro, el indígena y el blanco. De esta manera, gracias a esas culturas se puede hablar, respectivamente, de los 3 aires del bullerengue: el sentao, el fandango y la chalupa.


Asimismo, Alejandro cuenta que dicho ritmo no es más que una juglaría, un relato oral de diferentes hechos de la historia. “Para mí, su esencia es el canto. De hecho, en la antigüedad, el bullerengue narraba las cosas que ocurrían en las faenas”.



En el bullerengue, la pollera representa la dignidad de la mujer. Sus características evidencian el respeto por el cuerpo y la concepción moralista de la cultura afro-descendiente. Fotografía tomada de @yimala.sonson

Yimalá considera que el evento más importante en su carrera artística es el Festival Nacional de Bullerengue que se celebra anualmente en Necoclí, Antioquia. En octubre de 2018 fueron aceptados para participar por primera vez en dicha celebración. Con tan solo unos meses de ensayos, este grupo bullerenguero no dudó en llevar su talento a esta zona del Urabá antioqueño. No obstante, al llegar allí notaron que existían muchos elementos que desconocían, entre ellos el baile y el vestuario.


A pesar de este contratiempo inicial, dicho momento les abrió un horizonte e hizo que se motivaran a ponerse retos para mejorar en los elementos que estaban fallando. Así fue como, en el 2019, volvieron con nuevas habilidades al festival. Todo se demostró al momento de estar en el escenario: el público quedó asombrado con la evolución de su proceso, lo que les permitió ganarse el primer puesto en la versión 31 de dicho evento.



Después de dicha experiencia en Necoclí, los triunfos han sido constantes. Entre los cuales se destacan el primer puesto en Grupo Revelación en María La Baja, 2018. Primer puesto en Grupo Revelación en el Festival Nacional en Puerto Escondido, 2019. Mejor Bailador en María La Baja, 2020. Segundo puesto en el Festival de Necoclí, 2020. Y Mejor Canción Inédita en Puerto Escondido, 2021.


Claudia Patricia Alarcón Orozco, directora técnica de Cultura y Patrimonio de Sonsón, respecto al impacto de este grupo en la cultura sonsoneña afirma lo siguiente:

Lo cultural es diverso, por eso, considero que el grupo ha aportado totalmente a la concientización del respeto por el otro, puesto que, ellos han transversalizado los folclores de la región Caribe para representar un ritmo que no es autóctono del municipio”. Seguidamente, declara que, aunque es un grupo independiente, mientras ella esté a la cabeza de la Dirección de Cultura, Yimalá tiene su apoyo total.


Referente al apoyo que han sentido por parte del municipio, el director de Yimalá menciona, con una pasión reflejada en el tono de su voz, su sentir frente al tema. “Como grupo nos pasa que, en nuestro contexto, la gente no conecta mucho con el bullerengue. Pero, yo creo que nos debe gustar es a nosotros. Por eso, para que una persona haga parte de Yimalá debe estar completamente enamorada de lo que hace”.



En los tres años de su proceso han participado en escenarios locales, nacionales e internacionales. Incluso, han hecho colaboraciones con grupos como Alcolirykoz Fotografía tomada de @yimala.sonson

Por otro lado, Alejandro Díaz considera que cuando un ritmo folclórico o una herencia se traslada a otros territorios puede tener dos matices: el buen aprovechamiento para exponerlo a otro nivel o la apropiación cultural sólo con fines lucrativos.


En muchas ocasiones, las personas se creen con el derecho de enseñar o llevar una información que ni siquiera conoce bien, por eso, terminan afectando negativamente a una cultura. No obstante, la intención no es meter el bullerengue en una burbuja de cristal, la idea es que los bullerengueros conocedores de este arte se conviertan en salvaguardas de una tradición”, concluye Díaz con absoluto dominio del tema.


Ver a Yimalá en cada una de sus presentaciones es todo un espectáculo: las bailadoras moviendo sus polleras, los bailadores haciendo morisquetas con sus sombreros, los tamboreros llamando la atención con los repiques, y las cantadoras y el coro expresando con la fuerza de su voz el sentimiento de las letras. Todos actuando al son de la tonada hacen que cualquier persona que los vea y escuche sienta el calor del Caribe en el frío páramo de Sonsón.


 
 
 

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