Un lugar que reúne cultura y tradición
- orientandotemedio
- 27 abr 2022
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Por: Juan Felipe Valencia Sánchez

Teatro y Cerámica son dos de los referentes culturales más importantes del municipio de El Carmen de Viboral, y existe un lugar que permite encontrarlos reunidos en un mismo espacio con un bar. El cual, surge con la intención de integrar a la comunidad cultural sin que sea solo para un trago, donde puedan tener múltiples posibilidades de interacción desde lo cultural sobre todo. Además, está pensado para compartir en familia, con los niños o en las noches con amigos disfrutando de buena música y unos tragos.
El Taller de Cerámica se convierte en una experiencia de vida, allí se enseña todo el proceso de la cerámica, desde diferentes pastas con diferentes temperaturas. “La gente está muy ávida de eso, de hacer con las manos. Queda la enseñanza del extranjero que siempre viene en busca de eso, del proceso manual del barro, y nosotros que lo tenemos cerca no lo valoramos. Todas las artes manuales son subvaloradas. Pero, por la virtualidad los turistas llegan con mucha información del trabajo manual y quieren aprender de él, lo valoran muchísimo y es por esa diferencia de lo que se hace desde el cerebro con las manos”, relata Dairo Zuluaga propietario y encargado del Taller y uno de los fundadores de La Península.

Desde el bar no se ha tenido un público explícito por género musical o algo por el estilo, como en la mayoría de los negocios que lo tienen por marketing. “Desde siempre se pensó en un espacio para todo el mundo, y ha sido muy chévere porque se ha podido lograr. Unificando el lugar en el que hay un teatro, un taller de cerámica y un bar, porque todos apreciamos el arte desde puntos diferentes”, dice Mauricio Rivera, administrador y uno de los propietarios de El Barqueadero.
La Península fue el nombre elegido para el lugar que reúne la cultura y tradición ancestral del municipio del Oriente antioqueño, con El Barqueadero. Donde es posible vivir diferentes momentos, conocer sobre la profesión cerámica o disfrutar de una buena obra de teatro compartiendo un buen vino, una cerveza o alguna bebida o licor tradicional de los que allí se ofrecen.
Con el Taller se busca la posibilidad de poder hacer con el barro en un espacio cultural, donde exista la posibilidad de que hayan niños, de estar en familia, o de que puedan estar unos novios amasando barro tomándose una cerveza o un café, y que sea una forma distinta de compartir también. “La búsqueda es para que existan otras posibilidades culturales y El Carmen es barro, entonces rico que se pueda brindar esta oportunidad desde ahí”, afirma Zuluaga.

En El Barqueadero también hay una creencia por lo ancestral, y es por eso que dentro de sus licores, nos dice Mauricio, se encuentran: la ‘Tapetusa’ (licor que se destila en las montañas del municipio) haciéndole fuerza a lo propio, ‘La Balsámica’ (un trago originario del Chocó, hecho a base de más de treinta plantas y un licor a elección de quién lo va a destilar) y una bebida originaría de República Dominicana que se llama ‘Mamajuana’, (preparado también con diferentes plantas, ginebra y vino). “El bar no es solo para poner música o venderle licor a la gente para que se emborrache, si fuera así dejaríamos que la gente tome hasta perder la conciencia, pero acá le dejamos de vender a quienes vamos viendo muy tomados y buscamos que siempre puedan llegar bien a sus casas”, explica Rivera.
Algo que le da más identidad al lugar es que algunos de los muros del lugar fueron pañetados. El pañete es una técnica ancestral empleada para darle el acabado al muro de tapia. En esta técnica creyó Zuluaga para armonizar y construir el lugar. “Esto también nos economizó gastos, que era algo que buscábamos a la hora de terminar el lugar. Y es lo que le ha dado el color distintivo a La península, con un sepia en las paredes que reconocen y admiran los visitantes”, dice Mauricio.
El nombre del bar en un principio se da porque antes ahí era un parqueadero, y lo pusieron como un bar que se había parqueado allí. “Cuando yo llegué lo asimile de otra forma, barquear: el que venía de los barcos, de los muelles con la energía de las playas, del mar y esa es la esencia de El Barqueadero y toda la música reggae”, sentencia el administrador del bar.
En un principio la idea del lugar fue de Dairo Zuluaga y del colectivo de teatro ‘Teatro Estudio’, quienes quisieron tener un espacio de encuentro cultural. Así comenzaron con ‘VitroFusión’ ––que consistía en el trabajo del vidrio, un taller de cerámica y la parte de la alimentación, desde un alimento sano––. Pero, igual que a muchos otros lugares y comercios luego de la Covid los llevó a cambiar un poco su aspecto. “La pandemia nos golpeó fuerte y afectó la alimentación y el trabajo con vidrio, así fue como quedó el espacio del taller cerámico, el bar y el teatro”, cuenta Zuluaga.
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