Trastornos mentales: ¿Son un padecimiento de la generación Z?
- orientandotemedio
- 19 abr 2022
- 3 Min. de lectura
Por: Laura Paulina Giraldo Pineda
La salud mental ha venido llamando la atención de miles de personas, puesto que, es muy frecuente toparse con comentarios acerca de estos padecimientos. Verbigracia, en el siglo XXI los rumores son: “esta es la generación de cristal” “todos los jóvenes tienen depresión”, entre otros. Pero, ¿tiene validez esto? Los imaginarios sociales han construido fuertemente este discurso, sin embargo, las enfermedades mentales — como solemos llamarlas — no son de esta época, siempre han existido.

Mónica Duque, psiquiatra de la ciudad de Medellín, explica que realmente no existe la enfermedad mental. Cuando se habla de enfermedad es porque hay un conocimiento de las causas del padecimiento, es decir: de los signos, síntomas, y de un tratamiento específico. “En psiquiatría hablamos de trastornos mentales, no de enfermedades. Los trastornos son un agrupamiento de signos y síntomas, al cual le damos una categoría diagnóstica y para la cual hay tratamientos. Algunos más específicos que otros, sin embargo, desconocemos totalmente el origen” expresa Mónica.
Es innegable que en los últimos tiempos, la humanidad se ha sometido a un entorno psicosocial complejo. La cultura actual ha perdido soportes con los que contaba el ser humano en otros momentos. Por ejemplo, una estructura social, una familia resistente. Actualmente, se ha desquebrajado el tejido social. Entonces, se presencia un individualismo y factores traumáticos en la infancia. Es decir, los niños no cuentan con la presencia de un grupo social primario o familiares, como consecuencia, crecen en soledad, y el ser humano para su desarrollo requiere el soporte del otro. Siendo así, todas estas experiencias de privación afectiva marcan al sujeto.
A lo anterior, le agregamos la presencia de una cultura donde la población no tiene tiempo para sus hijos, para dormir, para comer, para hacer actividad física, para vivir. Entonces “Es como que en esta cultura nos hubieran comprado nuestro tiempo y estuviéramos netamente dedicados a la producción. Predomina la producción y se pierde el sujeto” menciona Duque. Es así como se entiende, el contexto social en el que crecieron las generaciones previas, siendo totalmente distinto al contexto en el que se desarrollaron las generaciones de este momento. La presencia de trastornos afectivo bipolar y la esquizofrenia han sido continuas a lo largo del tiempo, pues, tienen un marcador genético y una base biológica. Por otro lado, la demencia ha existido a lo largo del tiempo, sin embargo, en estos tiempos se logra percibir más, puesto que, en periodos anteriores la población no era tan longeva, siendo así, no se alcanzaba a ver alteraciones en la edad adulta. La razón es que el ser no vivía, ya que, se moría de infecciones causadas por las condiciones higiénicas precarias. Además, se consideraba natural la pérdida de memoria en los adultos mayores, no obstante, no hay una pérdida de memoria común en la vejez. Este deterioro cognitivo se llama demencia.

Sin embargo, Monica Duque señala que los trastornos ansiosos y depresivos sí han aumentado. Por diversas razones, en el primer caso, porque se buscan y se detectan, “cuando uno atiende personas ya mayores, cuentan que ellos tenían síntomas desde la niñez. Pero, los comentarios de los padres eran: este muchacho tan chillón. Lo veían como algo raro y no le prestaban atención. Pues, el niño se podía deprimir pero se tenía que componer solo” relata Duque. A pesar de ello, en estas últimas décadas tiene mayor relevancia. Empezando, porque se llama depresión a una tristeza, a una crisis existencial, además, en las nuevas generaciones se nota que no hay tanta tolerancia al estrés, a las pérdidas, a los duelos, entre otras. Todo esto, por lo explicado en párrafos anteriores, la población cuenta con estructuras psíquicas frágiles. Es así, como se llega a la conclusión que en la actualidad ha aumentado la cantidad de niños y adolescentes que expresan síntomas depresivos y ansiosos. Igualmente, se ha intensificado la presencia de suicidios y de intentos de privación voluntaria de la vida.
Asimismo, Mónica menciona que la solución no es que los niños y jóvenes vayan al psicólogo, — como pretenden hacer ver los programas estatales — Sin embargo, no se puede negar que esto es una ayuda. Entonces, lo que se debe hacer es cuestionar el ritmo frenético en el que se está viviendo. Pues, posiblemente lo que necesita la generación actual es pasar tiempo en familia, construir un tejido social que acompañe, contenga y proporcione diferentes formas de diversión, donde se le permita a las nuevas generaciones tener un desarrollo integral.
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