Poesía con cuerdas
- orientandotemedio
- 16 may 2022
- 3 Min. de lectura
Por: Juan Felipe Valencia Sánchez
Silvio Rodríguez y Facundo Cabral son dos de los grandes y reconocidos exponentes de la poesía con instrumentos de cuerda, o mejor conocida como Trova en la región. “La trova en realidad es un género musical que no todo el mundo conoce y se resume en poesía con cuerdas”, explica Carlos Vargas, trovador carmelitano. Aunque no es necesariamente la trova paisa que algunos conocemos, ni la dobletiada o lo que se hace en Colombia, pues existe trova en Cuba, en México, en Costa Rica, en Chile, en Argentina, solo que se conoce con diferentes nombres.

El mejor resumen para este arte cultural lo hizo Yédinson Ned Flórez Duarte más conocido como ‘Lokillo’ en un Festival de trova “Orquídea de Oro” en Medellín en el 2011 con una trova dobletiada que se volvió ícono y referente para los exponentes de esta vieja tradición:
“Qué emoción la que se siente
Subirse en una tarima
A complacer a la gente
Con el verso y con la rima
Con este folclor tan lindo
Qué trova se hace llamar
Un poema improvisado
Que hace reír y llorar”.
“Cada región le da un estilo diferente a esa poesía, en la zona pacífica del país existe la práctica de ‘Piquería’ o ‘la décima’, en el valle ‘la trova del cinco y seis’ y en Antioquia ‘la trova tradicional paisa’, son diferentes estilos, pero en general todos son trova”, destaca Vargas.

A Colombia la trova llega por medio de los arrieros, ellos se transportaban en mula y cargaban una guitarra, se juntaban a hacer tertulias, a cantar y a hacer versos. El gusto por hacer versos y empezar a rimarlos se ha transmitido de generación en generación y se convirtió en tradición que ha perdurado por los años. Pero hace pocos años se viene tomando como cultura y no como una tradición de arriería, “se le está dando el valor cultural realmente, de un arte que puede transmitir mensajes”, resalta Carlos.
La trova como patrimonio cultural:
La trova tiene un estigma de ser solo jocosa, de fiestas y tragos; pero a pesar de que tiene sus temporadas, es un arte que coge fuerza todo el tiempo, “es un arte bonito que cabe en cualquier espacio. Es cultura y no solamente folclor, muchos creen que cuando sale uno a tomar tiene que trovar y lo ven de manera jocosa nada más. Lo que no se sabe es que en la trova se dicen cosas educativas, constructivas, se habla de arte, se le canta a la literatura…”, dice Carlos Vargas.

El nacimiento de la trova se da por los siglos XVI y XVII, dónde las personas del proletariado (nombre que se le daba a la clase baja en esa época) trataban de homenajear a los burgueses, a las reinas y las princesas con poesía. Con el pasar del tiempo se fueron trasladando de España y Francia a los países de Centro y Sudamérica, donde la mayoría de países fueron colonizados ellos mismos.
Para trovar se debe conocer de cultura general, personajes famosos, de literatura, de escritores, de geografía, se debe leer, escribir y estudiar para no quedarse ahogado o sin tema cuando deban enfrentar una tanda de tema impuesto en un festival.
“Los trovadores no escribimos las trovas, sino las ideas y constantemente se le debe estar metiendo información al cerebro. En cualquier momento eso que se leyó va a lanzar un salvavidas en alguna eliminatoria o festival y va a ser una forma de no estar embalado o quedarse sin tema en primera o segunda ronda”, menciona Vargas. Cada trovador tiene un estilo diferente, está el que tiene un tono más humorístico, el poeta, el crítico… y hacen cualquier tipo de trova para cualquier tema, como unas que nos resaltó Carlos: la que hizo ‘el cachetón’ a finales de los años 80 y principios de los 90 sobre el tema de la extradición:
“No aceptó la extradición
Porque es que justo no es
Que uno peque en español
Y lo juzguen en inglés”.
Y la que hizo ‘garganta de lata’ cuando le dijeron idiota:
“Si la flacura doliera
Como duele la idiotez
Ahora estaría sufriendo
El dolor que vos tenés”.
Muy bien Felipe, un placer ver plasmado algo de este arte tan bonito, contado por un trovador, pero llevado a este medio por un excelso editor.
Saludos y gracias.