Perdonar sí, olvidar no
- orientandotemedio
- 9 nov 2020
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Las historias de antaño, donde los recuerdos van a la mente de quienes sufrieron esta época cruel del país, en ocasiones, con el corazón en la mano y el dolor reflejado en sus ojos, pero el perdón es una de las palabras que los describe.
La violencia en Colombia dejó más efectos secundarios que cualquier otro problema. En estadísticas “más de 260.000 muertos, decenas de miles de desaparecidos, casi siete millones de desplazados, violaciones, secuestros e incontables tragedias personales”. Fue una época sombría que se llevó millones de personas, y dejó otras con traumas psicológicos, ausencias físicas, y miles de consecuencias que jamás se olvidarán.
El municipio de La Unión, reconocido en tradición por ser productor de papa, fue uno de los afectados por la violencia, actualmente intenta no recordar con odio, sino dar apoyo a las personas, generando una nueva esperanza, hablando de resiliencia y reinserción. Con ello se han formado espacios que permiten todas estas expectativas. Gracias a un convenio entre la unidad de víctimas y la alcaldía, en el 2019, los agricultores recibieron insumos, asistencia técnica y dinero en efectivo para fortalecer o iniciar sus siembras, con el fin de mejorar las condiciones de vida y el fortalecimiento de la producción.
La asociación “Revivir una nueva esperanza” es también una muestra esencial de esperanza, fue fundada de una forma peculiar, pues surgió de lo popular, del relacionamiento entre las personas. Algunos se reunían y conversaban sobre sus vivencias, entre estas reuniones, un día decidieron establecerse, por medio de un concurso realizaron el logo, después llegó la misión, visión y todos los requerimientos de una organización bien establecida. Pero esto no surgió en ese momento, anteriormente, en pleno conflicto armado, las personas se apoyaban entre sí, y aunque no legalmente conformada, cumplían todas las características de una asociación.
En ese entonces, se trataba de víctimas dentro de las veredas, que estaban viviendo hechos similares, y se reunían a prestar apoyo. “Hacíamos acompañamiento al funeral de las víctimas y las novenas”, recuerda Luz Dary Pavas, una mujer unitense de 47 años que estuvo en la época del conflicto armado, y que además es víctima.
La historia de Luz Dary es de dolor, a sus 24 años se enfrentó a uno de los dolores más grandes de su vida. Por el conflicto armado colombiano, fue desplazada forzadamente y luego, ocurrió algo que ella jamás esperaría… Su esposo fue asesinado a finales del año 1996, dejándola de alguna manera abandonada. “La guerra nos robó la familia, la tranquilidad y la confianza”,
Un espacio que le dio esperanza a Luz Dary fue la asociación Revivir un nuevo renacer, esta organización le brindó el acompañamiento necesario, le permitió expresarse y como ella misma lo afirmó, le ha ayudado además, a hablar y con esto sentir el dolor de una manera diferente, con aceptación y perdón. Luz Dary hace parte de los administrativos de la mesa y lleva muchos años en ella, apoyando y asistiendo a las personas con actitud reparadora y reconciliadora.
En la misma, se les permite a los participantes apoderarse de sus emociones, permitiéndoles pensar diferente sobre lo que les dejó la guerra. Es común que las personas se sientan inferiores, pues perdieron la posibilidad de decidir y les arrebataron sus derechos, por ello es complejo conseguir que se acerquen a la asociación, teniendo en cuenta lo complejo que se hace hablar sobre esta época tan dolorosa para ellos especialmente. Por ello, la asociación busca darles un mensaje de posibilidad, de esperanza, mostrando personas que lo han logrado. La asociación busca que vuelvan a sonreír, que vuelvan a creer en los demás, a confiar, y así luchar por la reconstrucción del territorio de La Unión.
Los participantes de la Asociación realizan talleres con los que la intención es una liberación del duelo. Entre estos talleres cuentan con diferentes productos audiovisuales y radiales, también programas de televisión local en el que expresan todas las experiencias, buscando aprender de las vivencias de los demás y mostrándole a la comunidad Unitense lo que dejó la guerra, pero que aun así se puede seguir adelante.
Dentro de los programas radiales presentados, se posibilita la acción de llegar a más personas, evitando tener que comunicarse directamente con cada una de las víctimas del municipio, sino que ellas mismas fueran las que conocieran de la asociación, de cómo funcionaba y se comunicaran, generando de esta manera un espacio más agradable. “También era mirar que tanto sentido de pertenencia tenía la gente por la asociación”, argumenta Wilinton Cardona, presidente de Revivir una Nueva Esperanza. Dentro de estos programas se buscaba que las personas se informaran sobre las asambleas que se iban a realizar. Este fue uno de los medios de comunicación más usado por la asociación, pero tal vez no tuvo buen acogimiento puesto que las personas se acostumbraron a recibir llamadas individuales informando, y, aunque escuchaban la emisora, no sentían que el mensaje iba directamente para ellos.
Luz Dary Pavas afirma que actualmente se siente mejor pero que “Perdonar sí, olvidar no; porque solo se muere cuando se olvida y como se puede olvidar a un ser querido”
El impacto que ha generado la asociación en La Unión, es la capacidad de transformación, de resiliencia las víctimas sobrevivientes. Actualmente se ve a estas personas en todos los espacios de participación, después de haber pasado por una época en la que decían que ya no querían soñar, que ya no tenían esperanza ni objetivo en sus vidas, esto llena de orgullo el municipio, esos cambios los obtuvieron gracias al apoyo de la asociación.
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