Manuela Quinchia, una bailarina encantadora
- orientandotemedio
- 16 nov 2021
- 4 Min. de lectura
Por : María Fernanda Salcedo

A sus 22 años, Manuela Quinchía Vallejo es una de las bailarinas del municipio de La Ceja, Antioquia. Es bien sabido que cuando se trata de bailarines profesionales, el común denominador es que iniciaron en el arte danzario a muy corta edad. Su historia empieza a los 5 años de edad, en aquel tiempo, bailaba por hobby, de niña se caracterizaba por ser tímida y de pocas palabras. Al pasar los años, en la Institución Educativa María Josefa Marulanda en La Ceja, donde cursó toda su vida académica, empezó su sueño y la oportunidad de creer en sí misma en este mundo del baile.
Su formación empezó en el transcurso de su bachillerato, cuando una maestra de baile llegó a su institución con el fin de invitar a los jóvenes a bailar. A sus 14 años empezó en su primera agencia de baile, llamada en aquel entonces Imperio Mulato dirigido por dos jóvenes (Santiago Arias y Paola Rojas), dónde se formó durante 4 años, fue en esa academia donde aprendió diferentes ritmos, entre ellos el ballet, folclor de la cultura colombiana y bailes de salón que son: salsa, bachata, reguetón, tango, entre otros, a la par que ella entrenaba, dictaba clases como profesora de baile. Fue en esta academia de formación, Imperio Mulato donde tomó impulso e ir más allá por sus sueños.
Durante su formación, un triunfo significativo para Manuela fue en el año 2016, en su último año de colegio, radicó en viajar por primera vez a Ecuador, en representación de Colombia. Desde ahí despertó con fuerza su espíritu por la danza. Uno de los desafíos que le trajo esta experiencia fue el hecho de que tenía que saberse maquillar y combinar con sus vestuarios para agilizar la puesta en escena junto a sus compañeros.
Tras salir del colegio, Manuela inició estudios en la Institución Universitaria Tecnológico de Antioquia, donde se formaba como psicóloga, ella nunca desistió de sus sueños y continuó trabajando arduamente en su oficio, en ese tiempo, entró a una nueva academia llamada Antioquia Latina en donde estuvo 3 años mejorando su disciplina y técnicas de baile, fue en esa academia donde ella hace por primera vez una competencia con diferentes academias de bailes. Su fin era ganar reconocimiento, becas, o entrar a las mejores agencias, fue ahí donde compitió inicialmente en grupo en el “World Latin Dance”.
Después de esta experiencia, vio una oportunidad de trabajo en lo que tanto le gustaba, no fue hasta que conoció a la Compañía Ritmo Extreme donde hizo parte durante 2 años, se le pagaba por hacer shows de bailes. Esta compañía si bien le dio las oportunidades de formarse como ya una bailarina profesional, lastimosamente, a Manuela le quedaba difícil seguir con ellos, ya que debía ir varias veces a la ciudad de Medellín y desplazarse hasta La Ceja que es donde reside actualmente.

Hoy por hoy, Manuela está en la academia “Baila Farfalla” donde se enfoca más en el ballet. Y es que, para elegir a los bailarines más aptos entre tantos aspirantes, el proceso de selección debe ser riguroso. Según Manuela, no sólo evalúan las condiciones físicas (cardio, flexibilidad, psicomotricidad), sino que tienen en cuenta la capacidad de improvisación y el pensamiento crítico sobre la danza.
La misma artista explica que la danza no es sólo el arte de ejecutar con maestría movimientos corporales, sino que es una herramienta que te ayuda a conocer tu cuerpo y entenderlo de otras maneras. Además, te ayuda a construir esa corporalidad y construir esas relaciones con otros a partir de la confianza que te da moverse, desplazarse y relacionarte con otros a partir del contacto”, asegura.
Incluso, recalca que los aprendizajes que se obtienen en este campo, se ejecutan más allá del escenario. Por ejemplo, en su experiencia, cree firmemente que la danza desarrolla la empatía ya que como se desarrolla muchas veces en campos colectivos, te permite ser más empático. Lo más importante no es lucirse ni sobresalir, sino lo que puedes compartir con el otro, aportar al otro”.
Después de todo este recorrido, Manuela Quinchia, propone en su trabajo de grado como psicóloga, un proyecto llamado “Cómo la Danzaterapia contribuye al desarrollo de la vida de los niños con discapacidades especiales” en el municipio de La Ceja, mientras hacía sus prácticas, recibió una gran noticia, y es que, el Congreso Internacional de la Universidad de Antioquia se interesó en su trabajo de grado, al ver lo que ella logró en a través del baile que estos niños se conectaran con sus demás compañeros.
Según la ADTA, la Danzaterapia es “el uso psicoterapéutico del movimiento como proceso que tiene como meta integrar al individuo de manera física y emocional”.
Desde siempre el hombre ha utilizado el arte como vía de expresión para explorar su mundo interior. A través del arte, toda y en todos sus aspectos, el sujeto consigue relacionarse con el mundo exterior de una forma diferente pudiendo así expresar, gracias a este medio, su mundo interior.
Finalmente, Manuela se postuló en la Universidad de Antioquia sede Oriente en la Licenciatura en Danza. Actualmente, 2021-2 está en su primer semestre, ella espera enriquecer todos sus conocimientos y ponerlos en práctica para ser la mejor bailarina y profesora que pueda tener una academia.

Su meta a largo plazo es articular sus conocimientos como psicóloga y bailarina con un enfoque en la Danzaterapia, pero esta vez, que estén todas las personas bienvenidas a participar, ya sea que tenga una condición especial o si es una persona normal.
Su lema de vida es: “Yo no solo expreso por palabras lo que quiero decir, sino que mi cuerpo expresa a través de lo que yo siento, en movimientos” dice Manuela.
Así que su invitación para los jóvenes, sin importar la edad, es que indaguen en lo que realmente quieren hacer con su proyecto de vida y “cuando lo descubran, sean muy disciplinados porque sólo así los sueños se pueden lograr”.
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