La zapatería: Tradición y arte en Rionegro
- orientandotemedio
- 13 sept 2021
- 2 Min. de lectura
Por Maria Kamila Rendón Salazar
El apogeo de la industria de la zapatería en Rionegro fue una época notable, pues hace parte de la historia y tradición de este pueblo, dejando huella y varias enseñanzas en cada persona que se involucró en este arte de la ciudad; algunas de esas enseñanzas quedaron reflejadas en la fortaleza, el esfuerzo y la verraquera con la que muchos padres sacaron adelante a sus familias trabajando día a día arduamente en esta labor, dicha constancia ayudó a conformar en ese entonces una economía sólida y consistente de esta industria en el municipio.
Don Germán Ortega por más de 30 años realizó el corte de tela, el primer paso del proceso que se lleva a cabo para hacer un zapato. Se debe tener precisión y cuidado, así es más sencillo pegar cada pedazo, después se guarnece: se cose, se unen los trozos de tela dándole su horma.
—“Mi papá: Juan Bautista, él me enseñó todo lo que sé de este oficio, era la tradición familiar; mis hijos no quisieron seguirla, lastimosamente; ellos dicen que en esto no se prospera, pero no entienden realmente el significado de este arte”—

Poco a poco esta actividad se fue dejando cómo herencia en varias familias rionegreras, el aprendizaje doméstico era evidente en cada uno de los hogares donde se practicaba y enseñaba la zapatería, el conocimiento que tenían los padres y abuelos era transmitido a sus hijos, quienes más adelante, seguirían trabajando en esta actividad, pues se fue distinguiendo esta labor del calzado como artesanal, pues su forma de realización y producción era enteramente manual, en ocasiones, individualmente, y en otras, realizada por operarios artesanos.
Más tarde se fue reconociendo el calzado de Rionegro a nivel departamental y nacional, pues las cualidades del producto eran sobresalientes, así evolucionó la industria para utilizar instrumentos novedosos como lo han sido las maquinas de codo, la loca, planas, pulidoras, guarnecedoras y pegadoras; algunas de estas se mantienen vigentes y son utilizadas por los pocos zapateros que quedan en el municipio.


Don David Ortiz cuenta y recuerda con orgullo parte del proceso para comercializar los zapatos e insiste que “en Rionegro empezó la zapatería”. ¡Cómo no recordar los viajes hechos por los zapateros y artesanos del calzado quienes anduvieron varias zonas del país ofreciendo este gran producto!, ¡se viajaba en bestia llevando los zapatos hasta Medellín cada domingo!.

Infortunadamente el negocio tanto de las peleterías y el calzado fue desapareciendo poco a poco en este municipio y ahora queda como una gran tradición y un legado de la historia de Rionegro.
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