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Historia de dos peluqueros de Rionegro Antioquia

  • orientandotemedio
  • 22 abr 2022
  • 4 Min. de lectura

Por: Estefanía Ramírez Giraldo

En esta ocasión se tuvo la oportunidad de hablar con dos peluqueros de Rionegro (Oscar Carvajal y Arnoldo Vergara) dos personas con un mismo oficio, pero quienes con sus distintas historias nos hablarán un poco acerca de las barberías hace algunos años. Las barberías en este tiempo eran regidas por el dicho: ´´Lo que no se sabe aquí, no se sabe en ninguna parte´´. En otras palabras, la barbería era el lugar del chismorreo. Este era un lugar donde los hombres iban y hablaban de todos los temas: religión, política. Pero a medida que fue avanzando la tecnología, se fueron perdiendo algunas costumbres como la de ir donde el barbero.

En toda la Plaza de Libertad, a una cuadra de Americanino, en un segundo piso se encuentra Oscar Osvaldo Carvajal haciendo su oficio de peluquero. Profesor de Schwarzkopf e Ingeniero Civil. Oscar hace algunos años había hecho su cambio de sexo. Ahora se llama María, desde sus 12 años empezó a cambiar su sexo, porque estaba convencida de que había nacido en el cuerpo equivocado. La mayoría de las personas que quieren hacer este cambio, no lo aceptan, por vivir en un país tan conservador, pero, este no fue el caso de Osvaldo: ´´ Toda la vida mi madre fue un apoyo para mí, nunca me criticó porque yo era homosexual, dice Osvaldo mientras cuenta su historia.

Maria siempre entabla conversaciones con cada uno de sus clientes

Empezó con su primera peluquería donde atendía aproximadamente tres o cuatro clientes al día, pero eso no influyó en su trabajo, siguió trabajando hasta llegar al punto de que no alcanzaban las citas para atender a todos sus clientes. Pero las peluquerías no siempre fueron en locales, comenzaron con esas madres que en su casa motilaban a sus amigas, donde el lugar de encuentro era la casa de la vecina para hablar, una costumbre de pueblo que se ha ido perdiendo. María José aprendió a hacer este trabajo, visitando amigas que también eran peluqueras.

Comenzó a trabajar con la empresa Silueta; sin pensar nunca que la dedicación en su profesión lo convertiría en ganador de primer puesto, hizo unos estudios en Bogotá y luego lo llevó a trabajar en la agencia de Schwarzkopf donde lleva más de 30 años. El mundo de la peluquería ha ido cambiado, nunca se ha quedado estático, la moda en los cortes de cabello se transforma década tras década; sin embargo, esto no ha sido ningún impedimento para María José. Versatilidad es lo que debe caracterizar no solo a María José como estilista, sino a todo el gremio al que ella pertenece, hacer un trabajo con amor, no por obligación, eso es lo que verdaderamente motivará a la gente a seguir viniendo a su peluquería.

Por su parte, en la década a finales de los 50, nace Arnoldo Vergara Arbeláez un hombre que en su juventud comenzó trabajando en Col tejer, sin pensar que algún día el destino le cambiaría y terminaría siendo peluquero. La peluquería fue un tema por el que Arnoldo mostraba cierto interés; sin embargo, no tenía tiempo para dedicarse a fondo, por los horarios y el trabajo que realizaba.

Sin embargo, comenzó motilando a un compañero de trabajo, motiló el segundo, el tercero hasta que se regó el cuento en la empresa de que Arnoldo era peluquero. Comenzó a estudiar peluquería en Medellín, viajar todos los días, todo por el sueño de convertirse en peluquero, porque si así motilaba bien, lo haría excelente si profundizaba sus estudios en esa área... Hay varias academias que han influido en su formación como un profesional entre ellas: La barbería Metropolitana, la estética de Norberto Echeverri, Matilde Rico, la Mariela y la academia Venus.

Un día le tocó renunciar de su trabajo en Col tejer, ya que no era capaz de atender más clientes, una profesión por la que adquiero más que el simple hecho de laborar, una pasión que se ha llevado por 41 años y que lo ha hecho mérito de dos reconocimientos como uno de los peluqueros más antiguos por parte del laboratorio Capilla France y un reconocimiento de la Academia Venus.

Arnoldo de niño nunca imaginó llegar a ser peluquero

Comenzó trabajando en una peluquería en el parque en el año 1978 donde estuvo 16 años y luego se trasladó al centro comercial Córdoba donde lleva 25 años. En el centro comercial Córdoba se encuentra su salón, un espacio que lo caracteriza por su comodidad y tranquilidad, “siempre he tratado de ambientar la peluquería con música orquestada, instrumental, lo más sobrio y pesado posible para que el ambiente sea agradable y no sea fatigante y que el cliente venga a ocupar los servicios de nosotros´´ unas palabras que salen de un peluquero como es Arnoldo, quien en cada cliente da el máximo de su saber en peluquería, lo caracteriza esa amabilidad, servicio, que hace que los clientes se amañen en su peluquería.

Dentro de su rutina sabe sacarle también tiempo no solo a la peluquería, sino también a otras cosas que son importantes en su vida como las épocas especiales como Semana Santa, Navidad y festivos; espacios que comparte con su familia, pues él afirma que en su vida no todo puede ser trabajo. Como muchos peluqueros Arnoldo tiene una rutina de 9:30 am a 1 pm y de 2:30 pm a 6:30 pm de lunes a sábado.


 
 
 

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