Guatapé: no apto para daltónicos
- orientandotemedio
- 21 oct 2020
- 2 Min. de lectura
Por Cristian Martínez Barrera
Cuando uno está por llegar a Guatapé, puede visualizar la Piedra del Peñol durante el viaje. Puede que eso sea lo que más llama la atención… sin embargo, la Piedra no sería mucho si no la rodeara el embalse color turquesa que habitan más de 100 vehículos acuáticos como lanchas o motos de agua que usan los vendedores de entretenimiento para llevar a los turistas a este gran recipiente de agua de 1,236 millones de metros cúbicos en el que se reflejan las casas lujosas que están regadas por casi todo el área de, lo que creen muchos, un meteorito. No obstante, fuera de estas aguas, en la “playa” se encuentra uno de los pueblos más coloridos de Colombia: Guatapé, Pueblo de Zócalos.

Lo primero que uno se encuentra al llegar al pueblo es el Malecón de Guatapé… en donde se puede divisar una parte de este maravilloso embalse. Al caminar un poco por el malecón, las palabras que más se escuchan en ese lugar son: promoción, barato, viaje, lancha… estas dichas por vendedores turísticos que venden su servicio de viaje en lanchas en la playa de Guatapé. Si uno no es muy pillo y acepta el primer precio que le ofrecen, probablemente te gastes más dinero del necesario. La técnica para poder conseguir un precio justo es rechazar todo lo que más puedas a estos vendedores… a la final te van a dejar el viaje por el embalse un 35 % más barato. Como escuché a alguien decir por ahí “podré ser turista, pero no marica”.

Y aunque sea bonito viajar en lancha, lo más bonito que tiene Guatapé es su pueblo. En todas las casas del municipio se pueden ver zócalos de diferentes colores y temáticas representativas de música, animales, historia, cultura, anécdotas y hasta retratos de los mismos dueños de las casas o establecimientos en los que se encuentran. Todo lo que representan estas arquitecturas tienen una historia detrás, una historia que sus mismos ciudadanos han construido con todos los colores que su pueblo posee. Los lugares más coloridos en el municipio, son: La Plazoleta de los Zócalos, La Calle del Recuerdo y sus cuadras aledañas y la fuente del parque principal, decorada con el estilo de uno de los primeros zócalos que hubo en Guatapé: “El cordero que quita los pecados del mundo”. Esto sin mencionar las motochivas que son igual de coloridas que sus casas.

Rojo, azul, amarillo, naranja, morado, turquesa, verde, negro, blanco, rosa y otra infinidad de colores son los que le entran a los extranjeros y a los propios habitantes del país por los ojos cuando van a turistear el colorido pueblo de Guatapé. Es por eso que Guatapé no es un lugar para los daltónicos.







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