Crónica Rodante

Por Maria Isabel Moreno

Él es Juan Guillermo, tiene 21 años y es oriundo de La Ceja.

Por su autonomía es ejemplo de humildad, fortaleza y capacidad para los jóvenes cejeños…

Aunque no puede caminar, enfatiza en que la silla de ruedas la lleva en las nalgas, pero jamás en la mente.

Desde su nacimiento fue diagnosticado con hidrocefalia y meningocele, enfermedades que le arrebataron la fuerza en sus pies, y, a la vez, evidenciaron la fortaleza de sus manos.

En consecuencia, ha ido desde La Ceja hasta Rionegro y La Unión. También, ha participado en carreras de atletismo adaptado.

Todas las mañanas, mientras su madre trabaja, Juan Guillermo cuida a su hermano, quien padece Síndrome de Down. Ambos son la muestra de que para el corazón la discapacidad no existe.

Hasta hace poco se ganaba la vida como vendedor ambulante en el Mall del parque de La Ceja. Ahora, es operador en Andes BPO, Call Center del mismo municipio. Sin embargo, antes de ingresar a su actual empleo fue rechazado en varias empresas, pero nunca perdió la esperanza de acceder algún día a un empleo seguro.

Cuando le preguntan sobre la felicidad, siempre piensa en su familia, responde con una mirada expresiva y una sonrisa de oreja a oreja.

Cuando Juan vendía dulces, en muchas ocasiones ganaba menos del promedio, aunque no faltaban los días en los que recogía el doble y compensaba las pérdidas.

Después de terminar su jornada laboral, se prepara para el acto más importante de su día: visitar al autor de los milagros que han impactado su vida. Uno de ellos fue el de tener casa propia. Todo ocurrió cuando alguien pagó la deuda que su madre tenía con la vivienda, no obstante, hasta la fecha, nadie sabe quién hizo semejante obra.

Como se evidencia anteriormente, es fiel creyente de la religión católica. Todos los días eleva una oración al cielo, agradeciendo a Dios por la vida y los dones que le ha dado.

Carga en sus manos el escapulario que trae la imagen de la Virgen de Guadalupe. Es fiel devoto de ella, pues nació el 12 de diciembre, la misma fecha en la que se celebra la aparición de la guadalupana.