Alejandro Palacio Higuita: "¿Qué sería del mundo sin color?"
- orientandotemedio
- 25 sept 2021
- 3 Min. de lectura
Por: Ana María Restrepo Franco
A veces, la vida nos cambia los planes porque estamos destinados a la grandeza. Esta es la premisa que resume la historia de Alejandro Palacio, un joven que con su talento está conquistando las fronteras del arte. Su talento y habilidad ha llegado tan lejos que su nombre ya retumba en otros lados. Un día lo soñó, y hoy lo está logrando. No cabe duda de que los sueños sí se trabajan, se cumplen.

Alejo, como lo llaman de cariño sus conocidos, estudió en la Institución Educativa Técnico Industrial Santiago de Arma en Rionegro, Antioquia. Allí se graduó como bachiller técnico industrial con especialidad en sistemas en el año 2011, y entró a la universidad, al año siguiente, para seguir con el mismo campo. En este lugar, estuvo unos cuantos semestres, y se retiró porque no era del todo feliz. En este punto, Palacio se replanteó su vida, y empezó a indagar en el mundo del arte. Además, sus amigos y familiares creían en su talento, y lo impulsaron a tomar la decisión que le daría un giro a su mundo.
El artista vive en El Retiro hace alrededor de 24 años, tiene un hermano llamado Juan José, y convive junto con sus Padres, María Higuita y Alexis Palacio. Esta pequeña familia se caracteriza por su unidad y el apoyo que cada miembro dispone en las metas del otro. El hogar Palacio Higuita es el mayor seguidor de su hijo, toda la casa atesora obras de él. Su morada es su lugar de trabajo. En el patio, tiene un pequeño espacio que personalizó, dándole vida, como él solo lo sabe hacer. Por otro lado, su novia, Camila Tangarife, también es una de sus mayores admiradoras. Para ella, Alejo es una gran fuente de crecimiento.
"De él he aprendido a soñar en grande, sin límite alguno, a perseguir mis sueños, a conseguir todo lo que me propongo, porque si nos proponemos todo como una meta, lucharemos por algún día alcanzarla. Con él he aprendido a ser paciente, dejar el orgullo a un lado y ser una mejor persona", resalta Camila. Su hermano, Juan José, no se queda atrás, cuenta que admira su forma de trabajo, que en ese aspecto le gustaría ser como él. "Para mí, mi hermano es una persona influyente, positiva y de éxito", expresa JuanJo..
Me considero exitoso porque hago lo que me gusta, vivo de ello, y tengo tiempo para compartir con mi familia.
Felicidad y arte

El ideal de felicidad para Alejandro es vivir de lo que ama hacer, eso es justo lo que plasma en cada una de sus obras, y así mismo lo piensan quienes se detienen a apreciarlas. Aunque no todo es color de rosa en la vida de los artistas, y, en general, la vida cotidiana de las personas, Alejo cuenta que cuando tiene bloqueos artísticos, hace algo a lo que denomina como "ritual", que consiste en hacer una profunda limpieza de su estudio. Esta técnica la recomienda para despejar la mente y que nazcan nuevas ideas. Otro aspecto que tiene el artista es que le gusta pintar en la noche, "Me concentro más y no hay tantas distracciones", resalta Alejandro.
Por este motivo una de sus frases insignias cuando pinta es "Tengo más sueños que sueño", palabras que lleva consigo diariamente, y que se convierten en su dosis perfecta de inspiración y motivación. Si las obras de Alejandro pudieran hablar dirían "Que man pa’ trasnochar". Asimismo declara que hablarían muy bien de su trabajo, porque cada obra que hace se lleva un pedacito de su alma.
Consejos de Alejandro para ser una persona exitosa y feliz
—Alejo, ¿Qué consejo le darías a los que te siguen, referente a los sueños?
—Yo no hablaría de sueños, sino de metas. Les diría que busquen algo en lo que sean buenos, y que los haga sentir cómodos y tranquilos.

—Y, ¿Qué le dirías a alguien que apenas está empezando en este mundo del arte?
— ¡Qué empiece! Lo más difícil es empezar y mostrar tu trabajo, después de eso es simplemente no parar, no rendirse.
— ¿En qué momento un artista debe cobrar por su obra?
—Desde el día cero. Un carpintero no espera a ser el mejor para cobrar por su trabajo, no veo diferencia en el arte, desde que alguien esté dispuesto a pagar por la obra, esta ya tiene valor.
De esta manera, Alejandro demuestra que todo lo que se hace en la vida vale, y que si se es bueno, no dudar en esperar una retribución
por el trabajo. Así, con la humildad que lo caracteriza, se ha ganado el cariño y reconocimiento de la gente, demostrando que del arte sí se vive, y se vive muy bien, llevando siempre presente que aquel que cree en sí mismo, garantiza su propio éxito.
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